martes, 7 de septiembre de 2010

Diario de un viaje a California V

Cuando se está de viaje suelen aparecer una de serie de conceptos y significados que solo adquieren sentido en el contexto bajo el cual surgen. Este es un pequeño e insignificante glosario de términos asociados a una estadía corta en estas tierras, en especial vinculación con el entorno más próximo del viajero de bolsillo acotado:

Autocar spa: La vida por un auto. Comer dentro de él. Viajar a todos lados. No solo ir al cine, sino también a relajarlo. Servicios de lavado y manito de gato para el regalón de la familia.

Bed: No cama, sino tabla. El catre con el cual están hechas todas las camas vinculadas a los dormitorios universitarios. Una mesa para comer. Dura, tan dura, que el sueño es irreparable.

Car: El gran Dios salvaje.

Chair: La puta silla con que nos golpeamos a diario. Una silla inexplicable: cuadrada, pero meceante a la vez. De acero. Dolorosa. Que nos saluda a diario con un torpe golpecito.

Cute: El adjetivo más utilizado para calificar a Tomás. De no ser por él, pasaríamos desapercibidos.

Freeway: Autopistas como tentáculos que se reproducen por todos lados. Algunas llegan al cielo y son de máxima velocidad.

Go ahead: Que es lo mismo que decir adelante! En todos lados, para todos lados, para todo y para todos. Un modo de vida.

Lunchear: Lease “lanchear”, comer, en spanglish. Términos como este son frecuentes entre latinos con larga estadía en estas tierras.

Metallica and the philosophy: Solo un mercado tan gigantesco como este puede generar un libro como este.

Plastic: Ver platos de cerámica y cucharas de acero es tan improbable como encontrarse con un duende. Todo es plástico. Todo se bota. Salir a comer barato y medianamente barato implica no solo comer algo similar a lo que se encuentra en un basurero, sino que también comer en plástico.

Running: A toda hora y en todo lugar. Mientras más temprano mejor. Solo o en bandada. A la misma hora en que en algunos partes tercermundistas se vuelve de la noche turbulenta, entusiastas corredores invaden las calles y te saludan con un so nice “Good morning”.

Take a bus: Tan difícil como improbable. Servicio barato, eso sí, pero discontinuado. Tomar un bus puede significar estar parado hasta una hora y media en un paradero si cuando estabas llegando a él, justo pasó el que necesitabas.

Take a taxi: Excelente, pero carísima experiencia como copiloto de algún pakistaní o iraní como Ibrahim, de inglés igual o peor al nuestro, quien nos “coechea” con frases coloquiales para el día a día y nos suelen remarcar lo mal que lo pasan aquí los Muslim.

The red glass: El vaso rojo que lleva treinta días sin que nadie lo recoja en el camino de regreso a casa. La ciudad es limpia, tan limpia, que cuando hay un objeto en el suelo, puede vivir ahí para siempre.

Towell: Las mismas compradas hace tres años que de día un sábado o domingo cualquiera se ocupan para la arena, sirven de noche como cortinas, porque un maldito farol de mil watts de potencia traspasa las malditas cortinas de esas de oficina, que tienen unos aleros que se mueven hacia arriba y abajo, iluminando de modo tal la pieza que no se distingue el día de la noche.

Trash: La que botan cuando se cambian de casa y que, si quisiéramos, nos podría permitir armar la propia: TV, microondas, parrillas, sillas, maletas, ropa, artefactos varios, tocadiscos, todo en un estado deferente.

Walk side is on: Varias veces. La maldita grabación que se escucha para cruzar la calle. De lo contrario, nunca daría la verde para pasar al otro lado. El auto es más importante que el caminante. La frase retumba hasta en sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario